Thirsty?

03-19-2017Pastor's LetterFr. Don Kline, V.F.

Dear Brothers and Sisters,

As an Arizona desert dweller, you know the importance of drinking water… and lots of it. During those hot summer months, there are few things as refreshing as a nice cold beverage to quench our thirst. Not only do we enjoy a cool beverage on those hot days; we absolutely must hydrate our bodies or we will not last very long in the summer's heat.

The woman in today's Gospel is thirsty. But as we read the whole story, we discover something that she herself is not aware of just yet. We come to see that this woman is thirsting for something much more than water. She is thirsting for something much more valuable than water. And she also learns what happens when you try to satisfy your real thirsts with something non-authentic.

We find out in today's Gospel that this woman has been married five times! She is now living with a sixth man who is not her husband. The Gospel does not tell us the reasons for all of those marriages, but it appears that she is searching for something. She is more than searching. She is longing. She is thirsting for something much more than any water could satisfy. She is longing for love… the real, authentic love that only Our Lord can offer. The men in her life left her empty and/ or looking for something more. She has tried, in so many ways to satisfy her deepest thirst but it appears she was looking for love in all the wrong places.

Our Lord enters into her life and everything changes for this woman. He speaks with her in an honest conversation. Our Lord is a perfect gentleman. Because of the love of Our Lord Jesus, this woman comes to understand exactly what she has been thirsting for all along. Our Lord is the answer to all her prayers. In this one encounter with Our Lord, the love of God brings her to an important recognition: "This is what I have been looking for all my life!"

Jesus is the only one who can satisfy real thirsts. Like the woman at the well, our deepest desire is for communion with God. And like the woman at the well, if we don't have Our Lord Jesus in our life, we too will be trapped in an endless cycle of trying to fill our life with things that won't satisfy.

Jesus says to her, "you can keep doing what you're doing, but you'll still be thirsty!" It's not just a thirsty woman at the well who needs the love that Our Lord alone can offer. We all fall into a sinful trap at times. At times throughout our life, we all ignore the fact that we have a longing for real communion with Christ. Only an authentic and active life of prayer and service can satisfy that desire. We all have a God-sized hole in us...so only God can fill it. It's only our relationship with GOD that can REALLY fulfill us.

When some of us experience the thirst in our souls, we believe that if we just drink enough alcohol or eat enough food or spend enough money, THEN we will feel satisfied. But your soul is not thirsting for booze or meat or cash. Your soul is thirsting for Our Lord Jesus Christ. My brothers and sisters, at our deepest core, we all crave a living relationship with Christ. That's how we are made.

If you pray, if you worship, if you serve in the community of the Church, you will find the authentic love your heart desires. If you do not, you will keep trying to fill your soul with things that will never satisfy your desires. Don't be afraid to change your life.

Jesus is worth it. Jesus is real. Jesus alone can fill you. Don't settle for anything less.

God Bless,
Fr. Don Kline, V.F.

¿Sediento?

Queridos hermanos y hermanas,

Como un morador del desierto de Arizona, usted sabe la importancia de beber agua ... y mucha de ella! Durante los meses de caluroso verano, hay pocas cosas tan refrescantes como una bebida bien fría para saciar nuestra sed. No sólo disfrutamos de una bebida fría en estos días calurosos, debemos hidratar completamente nuestro cuerpo todo el tiempo, ya que no sobreviviriamos sin ello, en el desierto debido al calor excesivo.

La mujer en el Evangelio de hoy tiene sed. Pero a medida que leemos toda su historia, descubrimos algo de lo que ella misma no era consciente. Llegamos a ver que esta mujer estaba sedienta de algo mucho más que agua. Está sed era por algo mucho más valioso. Ella comprendio lo que sucedia cuando tratas de satisfacer tu verdadera sed con algo que no es auténtico.

¡Encontramos en el Evangelio que esta mujer estubo casada cinco veces! Y a medida que transcurre la historia, vivia con un sexto hombre que no era su marido. El Evangelio no nos dice las razones de todos esos matrimonios, pero parece que ella estaba buscando algo. Ella estaba anhelando. Estaba sedienta de algo mucho más de lo que cualquier agua podría satisfacer. Ella anhelaba amor... el amor verdadero y auténtico que sólo Nuestro Señor puede ofrecer. Los hombres en su vida la dejaron vacía y / o buscando algo más. Ella intentaba, de muchas maneras, satisfacer su más profunda sed, pero parece que buscaba el amor en lugares equivocados.

Cuando Nuestro Señor entra en su vida, todo cambia para esta mujer. El Señor habla con ella, en una conversación honesta. Nuestro Señor es un caballero perfecto. A causa del amor de Nuestro Señor Jesús, esta mujer llega a comprender exactamente de lo que ha estado sedienta, desde el principio. Nuestro Señor es la respuesta a todas sus oraciones. En este encuentro con Nuestro Señor, el amor de Dios la lleva a un importante reconocimiento: "¡Esto es lo que he estado buscando toda mi vida!"

Jesús es el único que puede satisfacer la sed real. Como la mujer en el pozo, nuestro deseo más profundo es la comunión con Dios. Y como la mujer en el pozo, si no tenemos a Nuestro Señor Jesús en nuestra vida, también estaremos atrapados en un ciclo interminable de tratar de llenar nuestra vida con cosas que no satisfarán.

Jesús le dice: "¡Sigue haciendo lo que estás haciendo, pero seguirás con sed!" No solo es la mujer sedienta en el pozo que necesita el amor que sólo Nuestro Señor puede ofrecer. Ya que todos caemos a veces en una trampa pecaminosa. A lo largo de nuestra vida, ignoramos el hecho de que tenemos el anhelo de una verdadera comunión con Cristo. Sólo una vida auténtica y activa de oración y servicio puede satisfacer ese deseo. Todos tenemos un agujero de Dios en nosotros ... así solo Dios puede llenarlo. Sólo nuestra relación con El la unica que REALMENTE puede llenarnos.

Cuando algunos de nosotros experimentamos la sed en nuestras almas, creemos que si bebemos suficiente alcohol, o comemos suficiente comida, o gastamos suficiente dinero, ENTONCES nos sentiremos satisfechos. Pero el alma no está sedienta de alcohol, ni carne, ni dinero. El alma está sedienta de Nuestro Señor Jesucristo. Mis hermanos y hermanas, en nuestro interior, todos anhelamos una relación de vida con Cristo. Así es como estamos hechos.

Si oras, si adoras, si sirves a la comunidad de la Iglesia, encontrarás el amor auténtico que tu corazón desea. Si no lo haces, seguirás intentando llenar tu alma con cosas que nunca satisfarán tus deseos. No tengas miedo de cambiar tu vida. Jesús merece la pena. Jesús es real. Solo Jesús puede llenarte. No te conformes con menos.

Dios te bendiga,
Fr. Don Kline, V.F.

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