Dear Brothers and Sisters,
This Saturday (February 8), we celebrate the Feast of St. Josephine Bakhita who was canonized in 1992. She was born into a prestigious family in 1869 in the Sudanese region of Darfur. Her father was the brother of the village chief. A loving family of three brothers and three sisters surrounded her and she lived a happy, carefree life.
So imagine this happening in your family. Sometime between the ages of 7 and 9, Josephine Bakhita was kidnapped from her home by Arab slave traders who had already kidnapped her elder sister two years earlier. Forced to walk barefoot for 600 miles, she was purchased and resold three additional times into slavery. So traumatized by her abduction, she forget her own name and was named Bakhita (Arabic for lucky) and was forcibly converted to Islam.
In time, she was sold to an Italian family as a nanny and was treated at least humanely. Eventually the family moved back to Italy where she and her charge, the daughter of her owner, stayed at a convent run by Cannossian Sisters while her owner tended to business concerns for a year. It was there that Bakhita met Jesus Christ, converted and later joined the Cannossian community as a nun.
If we think such a story is one of the past, we would be wrong. St. Josephine Bakhita has become the face of a terrible international scourge called human trafficking that is happening still today. I found statistics on the website of the U.S. Conference of Catholic Bishops.
Shockingly, there are 20.9 million victims of trafficking and human slavery worldwide. 11.8 million are subjected to forms of modern slavery. Nearly 1.5 million victims are currently laboring in conditions of forced labor, sexual exploitation and servitude in the United States, Canada and developed countries of the EU. 55 percent of forced labor victims are women and girls, as are 98 percent of sex trafficking victims. Children aged 17 years and below represent 26 percent of total victims, representing a total of 5.5 million child victims worldwide.
The Catholic Church's vehement opposition to human trafficking is rooted in principles of Catholic social teaching, central to which is the sacredness and dignity of human life, and in the Catechism of the Catholic Church which "forbids acts or enterprises that, for any reason, lead to the enslavement of human beings – to their being bought, sold, and exchanged like merchandise, in disregard for their personal dignity." (USCCB Website)
So what can we do? According to the U.S. Bishops, awareness is important. See the US Bishop's website for a more thorough discussion of human trafficking and what you can do. Of course, prayer is extremely important. The U.S. Conference of Catholic Bishops has designated St. Josephine Bakhita's Feast, February 8 as an annual day of prayer for survivors and victims of human trafficking. I encourage you to attend Mass or pray for the intercession of St. Josephine Bakhita on those who are being exploited.
St. Josephine Bakhita, you were sold into slavery as a child and endured untold hardship and suffering. Once liberated from your physical enslavement, you found true redemption in your encounter with Christ and his Church. O St. Bakhita, assist all those who are trapped in a state of slavery; Intercede with God on their behalf so that they will be released from their chains of captivity. Those whom man enslaves, let God set free. Provide comfort to survivors of slavery and let them look to you as an example of hope and faith. Help all survivors find healing from their wounds. We ask for your prayers and intercessions for those enslaved among us. Amen.
Fr. Don Kline
Queridos Hermanos y Hermanas en Cristo,
Este Sábado (8 de Febrero), celebramos la Fiesta de San Josefina Bakhita, quien fue canonizada en 1992. Ella nació en una familia muy prestigiosa en 1869 en una región sudanesa de Darfur. Su padre y hermano eran los jefes de la aldea. Ella creció con una familia amorosa de tres hermanos y tres hermanas y vivió una vida feliz y sin preocupaciones.
Entonces imagínese que lo siguiente pasa en su familia. Entre la edad de 7 a 9 años Josefina Bakhita fue secuestrada de su hogar por comerciantes de esclavos árabes que ya habían secuestrado a su hermana dos años atrás. Ella fue forzada a caminar descalza por 600 milla y fe revendida como esclava tres veces. Ella fue traumatizada tanto por su secuestro que se le olvido su propio nombre y le pusieron Bakhita (en araba significa con suerte), y fue forzada a que convirtiera a la religión Islam.
Con el tiempo, la vendieron a una familia Italiana, como niñera y por lo menos fue tratada un poco humanamente. Eventualmente la familia se traslado de regreso a Italia en donde ella y la hija de su propietario, se quedaron a vivir en un convento de las Hermanas Cannosian, mientras su propietario atendía cosas de su negocio por un año. Fue ahí que Bakhita conoció a Jesucristo, se convirtió y después se unió a la comunidad Cannosian como monja.
Si creen que esta historia es del pasado, están muy equivocados. Santa Josefina Bakhita se ha convertido en la cara de uno de los crímenes más terribles internacionales llamado tráfico de humanos, el cual sucede hoy en día también. Yo encontré varias estadísticas en el sitio web de la Conferencia de Obispos de los Estados Unidos.
Sorprendentemente, hay 20.9 millones de víctimas de tráfico humano y esclavitud en el mundo entero. 11.8 millones son sujetos a algún tipo de esclavitud moderna. Y casi 1.5 millones de víctimas se encuentran actualmente laborando en condiciones de trabajo forzoso, explotación sexual, y servidumbre en los Estados Unidos, Canadá y países desarrollados. El 55% de las víctimas son mujeres y niñas, como también el 98% son víctimas de tráfico sexual. Los niños menores de 17 años representan el 26% del total de las víctimas, representando un total de 5.5 millones de víctimas que son niños en el mundo entero.
La oposición firme de la Iglesia Católica al tráfico humano esta sementado en los principios de la enseñanza Católica social, la cual el centro es la santidad y dignidad de la vida humana, y el Catecismo de la Iglesia Católica el cual prohíbe cualquier acto de negocio, que por cualquier razón termina en la esclavitud de los seres humanos—ya sea que sean comprados, vendidos, intercambiados como mercancía, sin importar su dignidad personal" (USCCB)
¿Entonces qué podemos hacer? De acuerdo a los Obispos de los Estados Unidos, el concientizar a la personas es lo más importante. Por favor lean el sitio web de los Obispos para una discusión más profunda de este tema acerca del tráfico humano y de lo que pueden hacer. Por supuesto que la oración es sumamente importante. La Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos ha designado a Santa Josefina Bakhita y su fiesta el 8 de Febrero como el día de oración para todos los sobrevivientes y victimas del tráfico humano. Yo los animo a que asistan a Misa y oren por la intercesión de Santa Josefina Bakhita y todos los que están siendo explotados en este momento.
Santa Josefina Bakhita tú fuiste vendida a la esclavitud como niña y enfrentaste tremendos sufrimientos. Al ser liberada de tu esclavitud física tú encontraste la verdadera redención en tu encuentro con Cristo y su Iglesia. O Santa Bakhita asiste a todos los que están atrapados en estado de esclavitud. Intercede con Dios en su nombre para que sean liberados de las cadenas del cautiverio. A todos a los que el hombre esclaviza que Dios los libere. Provee consuelo a los sobrevivientes de la esclavitud y permíteles que te busquen a ti como ejemplo de esperanza y fe. Ayuda a los sobrevivientes a que encuentren la sanación de sus heridas. Te pedimos tus oraciones e intercesión por todos los que estén en la esclavitud. Amén
Padre Don Kline
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