15th Sunday in Ordinary Time

07-16-2023Pastor's LetterFr. John Muir

It’s not uncommon to hear people complain that we Catholics often fail in communicating our faith. Fair enough. We can and should improve there. But it’s interesting to notice that Jesus himself was implicitly accused by his disciples of a similar failure. This week in Matthew’s gospel they are perplexed that he speaks to the crowds in ambiguous parables. The Lord’s riddles leave many people more confused than before. He responds by pointing out that his parables have an intentional dual purpose: to hide (for some) and to reveal (for others) his Gospel: “Because knowledge of the mysteries of the kingdom of heaven has been granted to you, but to them it has not been granted” (Matthew 13:11). Is Jesus being unnecessarily difficult, obscurantist, or, worse, elitist?

No. We have to remember that all the treasures of wisdom and knowledge lie hidden in him (c.f., Col. 2:3). He is the word of God from heaven to be planted in the earth of our humanity to bear great fruit. However, like a lover delicately pursuing his beloved, we’re dealing with a relationship, not new data. When we aren’t willing to personally accept Jesus into our lives, the “info” of the Gospel will simply not make sense to us. It’ll seem bizarre, esoteric, or like incoherent religious-speak. But when we are willing to accept Jesus into our lives, everything else starts to make sense. When others don’t understand the Church or the Lord, let’s be patient. Love is patient. Sometimes it has to hide before it is revealed.

— Father John Muir

15º Domingo del Tiempo Ordinario

Escuchar la Palabra de Dios, entenderla con la mente y llevarla al corazón para que enseguida dé fruto. Así de fácil es decirlo, pero, ponerla en práctica es como el proceso de la semilla que se siembra, se entierra, y poco a poco, con la luz del sol, brota cuando menos se espera. Cuidar es la clave para que haya fruto en abundancia. Dejar que la semilla penetre en el corazón es no dejar de luchar contra las tentaciones que a diario nos aquejan. El diablo siempre está en busca de quitarnos las cosas buenas que tenemos, tal como la bondad y las ganas de trabajar por la justicia y la paz. La vida cristiana no es fácil, no estamos aquí para encontrarlo todo fácil y a la medida de nuestros caprichos, sino que estamos para servir.

El Papa Francisco nos dice sobre este Evangelio que “La parábola del sembrador es un poco la madre de todas las parábolas, porque habla de la escucha de la Palaba. Nos recuerda que la Palabra de Dios es una semilla que en si misma es fecunda y eficaz; y Dios la esparce por todos lados con generosidad, sin importar el desperdicio. ¡Así es el corazón de Dios! Cada uno de nosotros es un terreno sobre el que cae la semilla de la Palabra, ¡sin excluir a nadie! La palabra es dada a cada uno de nosotros” (07/12/2020). El reto para cada uno de nosotros es pedir una mente atenta y un corazón fértil para escuchar la Palaba de Dios y dar frutos abundantes. ¿Cuáles son tus frutos? ¿Cómo los esparces a los demás?

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