Once I gave my three-year-old niece a certain toy for Christmas. When she opened it, she was happy. Shortly thereafter her five-year old sister opened another present from me: the same toy, along with some play jewelry. The three-year-old cried out: “That’s not fair! Why’d she get the jewelry, too?!”
Let’s face it: there’s something about God’s grace in our religion which bugs us. We love to look at others’ blessings and cry out: “That’s not fair!” Catholicism is not fair in the sense that it is a religion founded on God’s grace which is unmerited favor. God pours his mercy, love, and divine life upon us not because we’re good but because He is infinitely good.
If you think the “not fair” quality of grace is easy to accept, consider how typically angry we get when we hear the parable of the workers who get paid way more than they deserve. The hyper-generous landowner says to the indignant hard workers, “Are you envious because I am generous?” Well, yes, they are, and so are we! Therefore, we have to reckon with this painful truth in order to move into the divine sphere of gifts, which is the world of Christ and his Church. Then we are able to move beyond a tit-for-tat world and into one where gifts are poured forth on those who don’t deserve it — namely, upon us.
Father John Muir
MEDITACIÓN DEL EVANGELIO – ALENTAR UN ENTENDIMIENTO MÁS PROFUNDO DE LA ESCRITURA
El Señor siempre es justo y es todo bondad. Esta es una invitación explicita para todos a trabajar en su Viña. Todos, sin excusa ni pretexto, a cualquier tiempo, se debe acudir y buscar obreros para la Viña. Ese es el Dios bueno y justo que nos presenta Jesús. Que paga lo mismo a todos sin discriminación ni egoísmos. Su bondad y generosidad no tienen medida. El reto es trabajar. Somos llamados en distintos momentos y circunstancias a servir en sus ministerios. Las parroquias buscan siempre servidores voluntarios honestos y bondadosos para servir. Hay muchas personas que han servido por años. Pero hay otras que están esperando un lugar para también trabajar con Jesús.
“Recordemos quien fue el primer santo canonizado en la Iglesia: el Buen ladrón. Robó el cielo en el último momento de su vida. Esto es la Gracia, así es Dios también con todos nosotros. El que piensa en sus propios méritos, fracasa; quien confía con humildad a la misericordia del Padre, pasa de último---como el Buen Ladrón---a primero (Papa Francisco (09/20/2020). “Así sucederá: los últimos serán primeros, y los primeros serán últimos” (Mateo 20:16). La pregunta es: ¿Tú qué haces para que el Reino de Dios crezca? Dejemos de quejarnos, y manos a la obra. Hay tantas personas que ofrecen su tiempo voluntario para ayudar y consolar siendo bondadosos. Gracias, Señor, por todas estas personas. Hay mucho que hacer. “La cosecha es abundante, pero los trabajadores pocos” (Mateo 9:37). ¡Vengan también ustedes a mi Viña!
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