Happy Christ the King!

We give thanks this week for the many blessings upon our church family of faith. Our Solemnity of Christ the King remains important as the ever-growing secularization of our society continues to increase. Since its institution by Pope Pius XI in 1925 the message from his encyclical should penetrate our hearts:

“So he is said to reign "in the hearts of men," both by reason of the keenness of his intellect and the extent of his knowledge, and also because he is very truth, and it is from him that truth must be obediently received by all mankind. He reigns, too, in the wills of men, for in him the human will was perfectly and entirely obedient to the Holy Will of God, and further by his grace and inspiration he so subjects our free-will as to incite us to the most noble endeavors. He is King of hearts, too, by reason of his "charity which exceeds all knowledge." And his mercy and kindness which draw all men to him, for never has it been known, nor will it ever be, that man be loved so much and so universally as Jesus Christ.”

The encyclical continues to respond to atheism and secularism which would continue to grow for the next 100 years. Today now more than ever, Christ the King must be lived out in our society and live according to the teachings of our Lord Jesus Christ. His kingship extends to all aspects of our life whether we are at home, school or work. We are blessed to take our Eucharistic King into the streets of Saint Joan of Arc parish, for His grace shines through his people. Even though federal and state governments change, Christ rules internally!

Viva Cristo Rey!

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¡Feliz Cristo Rey!

Damos gracias esta semana por las muchas bendiciones que derramamos sobre nuestra familia de fe en la Iglesia. Nuestra solemnidad de Cristo Rey sigue siendo importante, ya que la secularización cada vez mayor de nuestra sociedad continúa aumentando. Desde su institución por el Papa Pío XI en 1925, el mensaje de su encíclica debería penetrar en nuestros corazones: “Así se dice que él reina “en los corazones de los hombres”, tanto por la agudeza de su intelecto y la extensión de su conocimiento, como también porque él es la verdad misma, y es de él de quien toda la humanidad debe recibir obedientemente la verdad. Él reina, también, en las voluntades de los hombres, porque en él la voluntad humana fue perfecta y enteramente obediente a la Santa Voluntad de Dios, y además, por su gracia e inspiración, él somete de tal manera nuestro libre albedrío que nos incita a los esfuerzos más nobles. Él es también Rey de los corazones, por razón de su “caridad que excede a todo conocimiento”. Y su misericordia y bondad que atraen a todos los hombres hacia él, porque nunca se ha sabido, ni se sabrá, que el hombre sea amado tanto y tan universalmente como Jesucristo”.

La encíclica sigue respondiendo al ateísmo y al secularismo que seguirían creciendo durante los próximos 100 años. Hoy más que nunca, Cristo Rey debe vivirse en nuestra sociedad y vivir de acuerdo con las enseñanzas de nuestro Señor Jesucristo. Su realeza se extiende a todos los aspectos de nuestra vida, ya sea en casa, en la escuela o en el trabajo. Tenemos la bendición de llevar a nuestro Rey Eucarístico a las calles de la parroquia Santa Juana de Arco, porque Su gracia brilla a través de su pueblo. Aunque los gobiernos federales y estatales cambien, ¡Cristo gobierna internamente!

¡Viva Cristo Rey!

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