Happy Mother's Day

05-12-2019Pastor's LetterFr. Dan Connealy

Christians to echo, especially Christian mothers. Those beautiful words, "Behold, I am the handmaid of the Lord; let it be to me according to your word" (Luke 1:38), can become our prayer too.

As Christians, we are not called to wait on the sidelines, but to join the hymn that says, "Let it be to me according to your word." Our prayer, our relationship with God, is meant to overflow our hearts. Prayer is not merely a passive activity, but active as well. At Mass, before the "Holy, holy, holy" we say, "May our voices join with theirs", that is, with the choirs of angels. God invites our prayer to move us to action, maintaining an awareness of His presence all the while. In the same way that Mary's "yes" gave life to the Word of God, Jesus Christ, so we are called to receive the invitation and give life to God's Word in the world.

Thank you to all the mothers out there who find yourselves on different parts of your journey. Some of you have little ones, some with children growing too quickly, some with adult children. Other mothers have experienced the pain of losing children far too early. To all you, please know of my gratitude and prayers for you. I pray that the Blessed Mother walks with you on your journey and that you find strength in her "yes". Thank you for being you and for the many ways in which you bless our community. Happy Mother's Day!

In Christ,
Fr. Connealy

Queridos amigos,

¡Un muy feliz día de las madres para todas nuestras madres! Parece que no hay coincidencia entre que el Día de la Madre sea en mayo y que este sea también el mes de María. La Santísima Madre es un modelo para todos los cristianos, pero especialmente para las madres cristianas. Una de mis imágenes favoritas de la escena de la Anunciación fue pintada por Mariotto Albertinelli (n. 1474) y cuelga en la Academia en Florencia, Italia. En este cuadro, el arcángel Gabriel, con las rodillas dobladas, presenta a María un lirio blanco, un signo de pureza. María está de pie con un libro en sus manos, clásicamente entendido como el libro de los Salmos, un signo de su vida en oración. La Santísima Madre es aquella cuya vida es una de contemplación y meditación sobre la palabra de Dios. Debido a esta disposición orante que mantuvo a lo largo de su vida, pudo responder libremente y sin reservas a la invitación del arcángel. Su respuesta es para todos los cristianos, especialmente las madres cristianas. Esas hermosas palabras: "He aquí, yo soy la sierva del Señor; hágase conmigo conforme a tu palabra" (Lucas 1:38), también puede convertirse en nuestra oración.

Como cristianos, no estamos llamados a esperar al margen, sino a unirnos al himno que dice: "Déjame ser de acuerdo con tu palabra". Nuestra oración, nuestra relación con Dios, está destinada a desbordar nuestros corazones. La oración no es meramente una actividad pasiva, sino también activa. En la misa, antes de "Santo, santo, santo", decimos: "Que nuestras voces se unan a las de ellos", es decir, con los coros de los ángeles. Dios invita nuestra oración para que nos movamos a la acción, manteniendo una conciencia de su presencia todo el tiempo. De la misma manera en que el "sí" de María dio vida a la Palabra de Dios, Jesucristo, estamos llamados a recibir la invitación y dar vida a la Palabra de Dios en el mundo.

Gracias a todas las madres que se encuentran en diferentes partes de su viaje. Algunos de ustedes tienen pequeños, otros con niños que crecen demasiado rápido, otros con niños adultos. Otras madres han experimentado el dolor de perder a los niños demasiado pronto. A todos ustedes, por favor, conozcan mi gratitud y mis oraciones por ustedes. Rezo para que la Santísima Madre te acompañe en tu viaje y encuentres fortaleza en su "sí". Gracias por ser usted y por las muchas maneras en que bendice a nuestra comunidad. ¡Feliz día de la madre!

En Cristo,
P. Connealy

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