Our Call as Catholic Citizens

11-04-2018Pastor's LetterFr. Don Kline, V.F.

Dear Brothers and Sisters in Christ,

Pope Francis, quoting Pope Benedict XVI once wrote: "If indeed 'the just ordering of society and of the state is a central responsibility of politics,' the Church 'cannot and must not remain on the sidelines in the fight for justice.'"

As the United States Conference of Catholic Bishops remind us, "Our nation faces many political challenges that demand well informed moral choices: The ongoing destruction of a million innocent human lives each year by:

  • Abortion
  • Physician-assisted suicide
  • The redefinition of marriage
  • The excessive consumption of material goods and the destruction of natural resources harming the environment as well as the poor
  • Deadly attacks on Christians and other religious minorities throughout the world
  • Efforts to narrow the definition and exercise of religious freedom
  • Economic policies that fail to prioritize the needs of poor people, at home and abroad
  • A broken immigration system and a worldwide refugee crisis
  • Wars, terror, and violence that threaten every aspect of human life and dignity."

As Catholics, we are called to be disciples of Our Lord Jesus. It is the hope that this relationship to Our Lord invites us to look at things like our government with a well-informed mindset. As disciples of Our Lord Jesus, we are called to impact public life for the better by seeking greater justice and peace for all people. This means we evaluate policy positions, party platforms, and candidates' promises and actions in light of the Gospel in order to help build a better world.

What does this mean for you? As a member of the Body of Christ, you are called to participate in shaping the moral character of our world. Living our faith in the public square is an essential part of the mission given to us by Jesus Christ. As people of both faith and reason, Catholics are called to bring truth to political life and to practice Christ's commandment to "love one another" (Jn 13:34).

In the Catholic tradition, responsible citizenship is a virtue, and participation in political life is a moral obligation. As Catholics, we should be guided more by our moral convictions than by our attachment to any political party or interest group. In today's environment, Catholics may feel politically disenfranchised, sensing that no party and few candidates fully share our comprehensive commitment to human life and dignity. This should not discourage us. On the contrary, it makes our obligation to act all the more urgent. Catholic lay women and men need to act on the Church's moral principles and become more involved: running for office, working within political parties, and communicating concerns to elected officials. Even those who cannot vote should raise their voices on matters that affect their lives and the common good. Faithful citizenship is an ongoing responsibility, not just an election year duty (US bishops' reflection, Forming Consciences for Faithful Citizenship).

In light of Catholic teaching, the bishops vigorously repeat their call for a renewed politics that focuses on moral principles, the promotion of human life and dignity, and the pursuit of the common good. Political participation in this spirit reflects not only the social teaching of our Church but the best traditions of our nation. Tuesday November 6th is Election Day 2018. Your vote matters because you matter.

God Bless,
Fr. Don Kline, V.F.

Nuestro llamado como ciudadanos católicos

Queridos hermanos y hermanas en Cristo:

El Papa Francisco, citando al Papa Benedicto XVI, escribió una vez: "Si, efectivamente," el ordenamiento justo de la sociedad y del estado es una responsabilidad central de la política ", la Iglesia" no puede y no debe permanecer al margen en la lucha por la justicia ".

Como la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos nos recuerda: "Nuestra nación enfrenta muchos desafíos políticos que exigen elecciones morales bien informadas: la destrucción en curso de un millón de vidas humanas inocentes cada año por:

  • Aborto
  • suicidio asistido por un medico
  • La redefinición del matrimonio.
  • El consumo excesivo de bienes materiales y la destrucción de recursos naturales.
  • Dañar tanto al medio ambiente como a los pobres.
  • Ataques mortales contra cristianos y otras minorías religiosas en todo el mundo
  • Esfuerzos para restringir la definición y el ejercicio de la libertad religiosa.
  • Políticas económicas que no priorizan las necesidades de las personas pobres, en el país y en el extranjero.
  • Un sistema de inmigración roto y una crisis mundial de refugiados.
  • Guerras, terror y violencia que amenazan cada aspecto de la vida y la dignidad humana."

Como católicos, estamos llamados a ser discípulos de Nuestro Señor Jesús. Es la esperanza de que esta relación con Nuestro Señor nos invite a ver cosas como nuestro gobierno con una mentalidad bien informada. Como discípulos de Nuestro Señor Jesús, estamos llamados a impactar la vida pública para mejorar, buscando una mayor justicia y paz para todas las personas. Esto significa que evaluamos posiciones políticas, plataformas de partidos y promesas y acciones de los candidatos a la luz del Evangelio para ayudar a construir un mundo mejor.

¿Qué significa esto para ti? Como miembro del Cuerpo de Cristo, estás llamado a participar en la configuración del carácter moral de nuestro mundo. Vivir nuestra fe en la plaza pública es una parte esencial de la misión que nos dio Jesucristo. Como personas de fe y razón, los católicos están llamados a llevar la verdad a la vida política y a practicar el mandamiento de Cristo de "amarse unos a otros" (Jn 13, 34).

En la tradición católica, la ciudadanía responsable es una virtud, y la participación en la vida política es una obligación moral. Como católicos, debemos guiarnos más por nuestras convicciones morales que por nuestro apego a cualquier partido político o grupo de interés. En el entorno actual, los católicos pueden sentirse marginados políticamente, sintiendo que ningún partido y pocos candidatos comparten plenamente nuestro compromiso integral con la vida y la dignidad humanas. Esto no debe desanimarnos. Por el contrario, hace que nuestra obligación de actuar sea más urgente. Los hombres y mujeres laicos católicos deben actuar de acuerdo con los principios morales de la Iglesia y participar más: postularse para un cargo, trabajar dentro de los partidos políticos y comunicar las preocupaciones a los funcionarios electos. Incluso aquellos que no pueden votar deben levantar sus voces sobre asuntos que afectan sus vidas y el bien común. La ciudadanía fiel es una responsabilidad continua, no solo un deber del año electoral (la reflexión de los obispos, Formando las conciencias para una ciudadanía fiel).

A la luz de la enseñanza católica, los obispos repiten enérgicamente su llamado a una política renovada que se centre en los principios morales, la promoción de la vida y la dignidad humanas y la búsqueda del bien común. La participación política en este espíritu refleja no solo la enseñanza social de nuestra Iglesia sino las mejores tradiciones de nuestra nación. El martes 6 de noviembre es el día de las elecciones 2018. Tu voto importa porque tú importas.

Dios bendiga,
P. Don Kline, V.F.

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