Mary – The New Eve

01-01-2017Pastor's LetterFr. Don Kline, V.F.

Dear Brothers and Sisters,

Today we celebrate the Solemnity of the Blessed Virgin Mary, Mother of God. As we begin this new calendar year, we are reminded of God’s amazing love for us today. God calls us His adopted sons and daughters and Mary is our true mother. What does it mean to be called God’s adopted children? Why is Mary our true mother?

With the celebration of Mary, Mother of God, and our Blessed Mother, we are reminded by St. Paul how we are invited into a relationship of adoption. Our adoption as God’s beloved children happens at our baptism and in that moment our relationship with God changes forever! Through the Sacrament of Baptism you are fully welcomed as a child of God. That is why we can us words like, “Abba, Father” when speaking to God. This is an endearing word that a child would use to call his or her own biological father. But Jesus taught us to call upon God as “Abba, Father” when He taught us how to pray the Our Father.

But baptism, as holy as this sacrament is, it is not enough in itself. We will spend the rest of our life learning what our baptism/adoption means. Throughout our lives, we must be aware of what it means to belong to God and His family. Parents, during the baptism, promise to raise the children to the best of their abilities in the fullness of the Catholic faith. It is a solemn and beautiful responsibility to be taken with the utmost care and responsibility. Godparents promise to help, and we, as a community, pledge our support—and we must take this seriously. Then, of course, as this child reaches an age of maturity, they must take responsibility for their own formation and their own faithfulness as Catholics.

We all come from various family situations. Some children grow up in the most ideal, seemingly picture-perfect Catholic family. Many children come from a home life filled with scars and wounds. BUT your adoption through your baptism has given you a mother who loves you… perfectly!

In a homily by a priest named Fr. Daniel Hess, he said: “We hear that Mary is Mother of God, and our mother, from our earliest days of Catholic formation. But do we allow this to be personal…? On Mary’s part, she longs for our hearts to be consoled and strengthened by being united to her Immaculate Heart, so close to the heart of Jesus.” Mary is always ready for us to turn to Her with confidence and trust. Mary is the most perfect of human mothers who wants nothing but the best for her children.

This New Year’s day we are invited to recognize the powerful relationships of love that gives us stability and hope in a messy world. We are sons and daughters of the Most High God, adopted into the family of love in the Church, with Mary as our mother. Your sin does not define you! Christ has set you free. Mary, associated with Christ's victory over the sin of our first parents, appears as the true "mother of the living". Her motherhood is source of life for all humanity. Recall your baptism and the promises that where made. Remember that you have been adopted into God’s family. You now have opportunities to give and receive life and love in Christ Jesus through His mother. In gratefulness, may we be courageous and generous, not letting our fears hold us back from following where Christ will lead us in this year ahead.

God bless,

Fr. Don Kline, V.F.
Pastor

María - La Nueva Eva

Queridos Hermanos y Hermanas,

Hoy celebramos la Solemnidad de la Santísima Virgen María, Madre de Dios. Ahora que comenzamos este Año Nuevo, recordamos el grandísimo amor que Dios tiene por nosotros. Dios nos llama sus hijos e hijas adoptivos, y María es nuestra madre en verdad. Qué significa que seamos llamados hijos adoptivos de Dios? Y porque es María verdaderamente nuestra madre?

Con la celebración de María, Madre de Dios, y Madre nuestra, San Pablo nos recuerda que hemos sido invitados a tener esta conexión con Dios de hijos adoptivos. Nuestra adopción como hijos amados de Dios Nuestro Señor sucede el día de nuestro Bautismo y a partir de ese momento, nuestra relación con Dios cambia para siempre! A través del Sacramento del Bautizo, tú eres plenamente aceptado como un hijo de Dios. Por eso es que podemos expresar palabras como, “Abba, Padre” cuando le hablamos a Dios. Esta es una palabra entrañable que un niño utilizaría al llamar a su propio papá biológico. Pero Jesús nos enseñó a referirnos a Dios como “Abba, Padre” cuando El nos enseño a rezar el Padre Nuestro.

Pero el Bautismo, así de sagrado como es este Sacramento, no es suficiente por si mismo. Nos pasaremos el resto de nuestra vida aprendiendo lo que significa este bautismo/adopción. Durante toda nuestra vida hemos de entender lo que significa pertenecer a Dios y a Su familia. Los padres, el día del bautizo, prometen criar a sus hijos, lo mejor posible, en la plenitud de la Fe Católica. Es una hermosa y solemne responsabilidad que debe tratarse con delicadeza y cuidado serio. Luego, claro está, cuando este niño/niña llegue a una edad madura, entonces deben ellos tomar responsabilidad de su propia formación y de su fidelidad como Católicos.

Todos venimos de diversos ambientes familiares. Algunos niños crecen en ambientes ideales, estilo familia Católica perfecta. Muchos otros niños vienen de hogares muy lastimados y llenos de heridas. Pero esta adopción a través del bautismo te ha dado una madre que te ama… perfectamente!

En una homilía pronunciada por el Sacerdote Daniel Hess, dijo: “Escuchamos que María es la Madre de Dios, y madre nuestra, desde que somos muy pequeñitos y nos ense- ñan la Fe Católica. Pero hemos permitido que esto nos llegue de una forma personal…? Desde el lado de María, ella anhela consolar y fortalecer nuestros corazones y que éstos se unan a su Inmaculado Corazón, tan cercano al corazón de Jesús.” María está siempre dispuesta para cuando vamos a Ella y nos abandonamos con confianza. María es la madre humana más perfecta y que quiere solamente lo mejor para nosotros sus hijos.

Este Año Nuevo estamos invitados a reconocer cuales son estas poderosas relaciones de amor que nos dan estabilidad y esperanza en un mundo desordenado. Somos hijos e hijas de Dios Altísimo, hemos sido adoptados en la familia de amor que es la Iglesia, con María como nuestra madre. Tu pecado no te define! Cristo te ha liberado. María, asociada con la victoria de Cristo sobre el pecado de nuestros primeros padres, se nos muestra como la verdadera “madre de la vida”. Su maternidad es fuente de vida para toda la humanidad. Reconoce tu bautismo y las promesas que se hicieron en él. Recuerda que has sido admitido y adoptado en la familia de Dios. Tú ahora tienes oportunidades de dar y recibir vida y amor en Cristo Jesús a través de Su madre. En agradecimiento, deseo que seamos generosos y valientes, y que no dejemos que nuestros miedos nos detengan en el seguimiento de Cristo, a donde sea que El quiera encaminarnos este año que está delante de nosotros.

Dios los bendiga,

Fr. Don Kline,
V.F. Pastor

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